8 junio 2023

Acoso moral (y 2)

Francisco González Tejera

Cuando te sientes sin responsabilidad en el puesto de trabajo y no se te permite la toma de decisiones, entras en el espacio de los arrimados, de los que por decisión de un jefe inmoral y corrupto pasamos a engrosar la filas de la inactividad, del decaimiento y de vivir a oscuras, sin que nadie sepa lo que haces, sin que se conozca el tremendo drama que sufrimos las personas víctimas de acoso moral en el puesto de trabajo.

Estos tipejos que ostentan una jefatura en cualquier empresa pública o privada, suelen recrearse hablando de sus empleados como que son de su propiedad, utilizando terminologías tan degradantes como “mis trabajadores”, al mejor estilo de los negreros de la época de la esclavitud.

Presumen ante sus coleguitas de jaranas de lo bien que lo hacen, de cómo tienen bien controlados a un grupo de currantes, utilizando estos aprendices de jerarcas estrategias chantajistas ante las peticiones de los empleados, siempre buscando la mejor manera de que les laman el culo o les rindan pleitesía, por supuesto para sentirse fuertes, poderosos y super machos ante el resto de compañeros de empresa.

Un ejemplo claro de este tipo de fascismo laboral es cuando cualquier trabajador les pide permiso para realizar una actividad familiar o formativa, utilizando dicho jefecillo en este caso a su acólito más cercano para que llame al peticionario y le diga “que la respuesta es NO a su solicitud, pero que si quiere llame al “bondadoso” jefe, para ver que se puede hacer”. En caso de que el trabajador lo llame le volverá a decir “que no es posible atender su demanda, pero que bueno, que quizá, que a lo mejor, que puede ser, que lo he pensado mejor y te lo concedo”, obteniendo su beneplácito al mejor estilo de la mafia siciliana, por supuesto a cambio de recordárselo en momentos determinados para tener al trabajador coaccionado y chantajeado.

Cuando te someten a mobbing te sientes inseguro, vulnerable y en manos de estos personajillos. Te quedas aislado, incluso hay gente que casi no te habla por miedo, recibes amenazas verbales siempre de forma secreta y sin testigos, magnificándose tus errores de manera sistemática. Esta situación, tal como dice Intersindical Canaria en su folleto sobre el acoso moral, está propiciada por superiores jerárquicos que practican entre otras las siguientes actitudes:

• Abuso de poder.
• Menosprecio al trabajador.
• Hostigamiento moral.
• Crítica permanente.

Ante una situación tan dramática hay muchas formas de actuar que por supuesto me reservo en este artículo, por diversos motivos, pero lo que debe primar es la valentía y enfrentar el problema con mucha inteligencia, no achantarse ante esta gentuza que viven bien en la polémica y en el miedo, en el sometimiento y la explotación de trabajadores que se acobardan ante sus gritos y actitudes neo fascistas y militaristas, al mejor estilo de los que llenaron los pozos y simas de luchadores por la libertad en el golpe de estado del siniestro dictador.

Esta lucha que algunos llevamos, estoy seguro que servirá de algo, porque nace de la dignidad rebelde, tal como dijo un día el heroico Subcomandante Marcos: «La libertad es como la mañana. Hay quienes esperan dormidos a que llegue, pero hay quienes desvelan y caminan la noche para alcanzarla. Es preferible morir con honor que vivir con la vergüenza de un tirano dictando nuestros rumbos.»