Niños y niñas que en este preciso instante están sufriendo y muriendo de hambre en tantas partes del planeta. Sufren la miseria y la pobreza extrema generada por quienes dirigen este sistema depredador con los humildes y contra la madre tierra. Aquellos que se siguen enriqueciendo con dinero manchado de sangre, los que mueven los hilos de los bufones integrales que presiden las pseudodemocracias occidentales, esas que recortan y pisotean derechos de las clases populares tras la excusa del invento de la crisis. La perfecta estrategia para destruir tantas consecuciones históricas de la parte más consciente de los pueblos, matando de asco y dolor a millones de personas que sufren cada pedacito de día la codicia extrema del capital.
Todo parece ir bien y los medios de desinformación masivos celebran y difunden en el “reino de las maravillas” las últimas parrafadas del fascista presidente, muestran su tristeza por la muerte de aquel asesino que firmó tantas sentencias de muerte en la dictadura franquista, el que ordeno a los grises disparar contra los trabajadores que se manifestaban pacíficamente. Exaltan la figura del asesino monarca marroquí amigo del otro monarca corrupto y borracho de poder, mientras el desgraciado pueblo saharaui sigue exiliado en el campo de refugiados de Tinduff, sufriendo del calor extremo y del intenso frío polar del desierto, victimas de asesinos coloniales, de ladrones y especuladores que se apropiaron ilegalmente de su tierra.
Ojos claros y puros acechan en el Cuerno de África, no entienden que sus hijos mueran apretados a su brazos de una simple gripe, por falta de alimentos y solidaridad. Contemplan asombrados la opulencia de la parte enriquecida del sufrido planeta azul, ese otro lado siniestro que aplasta la vida y la dignidad de la mayoría silenciosa, la que sufre las consecuencias del despilfarro de los que mueven los hilos de la economía mundial. Asesinos psicópatas que financian a los grandes partidos que gobiernan la Unión Europea de los mercaderes, el imperio de la muerte del negro-blanco premio Nobel de la Paz (de la guerra y de la muerte).
Son tantos lugares de desolación y me acuerdo de la gente de Colombia que lucha contra el genocidio de sindicalistas y activistas de derechos humanos, siempre orquestado por su gobierno y el “demócrata” presidente que con dinero del narcotráfico gobierna pisoteando a los sectores más empobrecidos de su pueblo. Las mujeres mexicanas me vienen a la mente y me indigna el maltrato y el asesinato impune de tantas luchadoras por la libertad, mientras el presidente duerme tranquilo después de ordenar el próximo feminicidio.
Tantos pueblos como el palestino, el kurdo, el sirio, el venezolano, el cubano, resisten el azote que viene de más allá de sus fronteras, tratan de mantener los sueños y la paz que emerge de esa parte invencible, indestructible, que habita en cada ser humano que entrega todo por los demás.
Espacios de libertad, de ternura, de lucha y de ese amor indomable que brota en cada barricada insurgente.
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