blindada de policías para proteger a los mercaderes del Banco Central Europeo. Una ciudad victima de la represión más
brutal contra quienes se manifiestan exigiendo derechos sociales, con
detenciones de estudiantes y sindicalistas al mejor estilo de los
años oscuros de la dictadura. Este encuentro de banqueros supone una nueva provocación a las millones de personas que sufren el
expolio de los recortes sociales, la persecución por sus ideas y la
miseria del desempleo y los desahucios.
Esta
pandilla de enchaquetados y “puestos” ejecutivos son la
verdadera representación de la maldad, personajes que desarrollan
sus estrategias más siniestras para enriquecer a sus corporaciones a
costa del sufrimiento de los pueblos. No se cortan en
seguir cargándose el estado del bienestar compinchados con una clase
política entregada al saqueo y el robo de todo lo público. Una casta sin escrúpulos para desalojar de sus casas a familias enteras
que no pueden pagar su hipoteca, no reparan para dejar en la calle a
niños y a personas mayores, condenando a la indigencia a quien no aguanta el ritmo mortal de un sistema depredador con la clase
trabajadora.
A ninguno de estos sátrapas les
importa que la gente se muera de hambre, que la sanidad y la
educación pública se destruyan para beneficio de especuladores de
la empresa privada. Presumen en sus fastuosas cenas pagadas con
nuestro dinero de anular con su guardia pretoriana toda movilización
social. Celebran su genocidio económico en una Barcelona con una
historia de luchas heroicas, que sufrió el terror del franquismo,
la tortura y la muerte de miles de combatientes por la democracia y
la libertad. Ahora es «Carcelona» la ciudad de las
detenciones, de las bolas de goma, de los porrazos y palizas, de los
metros cerrados, de la política represiva coordinada entre los dos
gobiernos del régimen, el español y el catalán, expertos en
recortes sociales y en medidas que vulneran los más elementales
derechos humanos.
banqueros se irán con su cuento y sus corruptelas a otra parte y
esta ciudad que tanto quiero reverdecerá de nuevo, volverán los
años de primavera y flores de la época de George Orwell y su
“Homenaje a Catalunya”, cuando el pueblo tomó las calles para
ofrecer un modelo alternativo de sociedad basado en la autogestión
y la solidaridad, donde según el escritor
y periodista británico:
En toda tienda y en todo café se veían letreros que
proclamaban su nueva condición de servicios socializados; hasta
los limpiabotas habían sido colectivizados y sus cajas estaban
pintadas de rojo y negro. Camareros y dependientes miraban al
cliente cara a cara y lo trataban como a un igual. Las formas
serviles e incluso ceremoniosas del lenguaje habían
desaparecido. Nadie decía señor, o don y tampoco usted; todos
se trataban de «camarada» y «tú», y decían ¡salud! en
lugar de buenos días.
Ahora años después y en esta corrupta dictadura financiera la
compañera de la CGT, Laura Gómez, junto a otros sindicalistas y
estudiantes está encarcelada, su único delito luchar por la
libertad y contra los recortes sociales salvajes. Laura carece
de antecedentes penales, tiene trabajo fijo, domicilio fijo y una
hija que mantener. El circo mediático de los mossos d’escuadra
necesitados de dar ejemplo y justificar su represión y
mutilación de inocentes con balas de goma, persigue a personas y
organizaciones que se salen de lo políticamente correcto.
La
vara de medir de la justicia está cruelmente torcida, ya que
mientras Laura y el resto de compañeros duermen en la cárcel
muchos banqueros, empresarios, políticos corruptos y hasta el
consorte real de la infanta, están libres y en espera de juicio. Estos
elementos de cuidado que están llevando a millones de personas a
la exclusión social y la miseria, según los jueces no tienen
riesgo de fuga, seguramente serán absueltos o condenados a
ridículas penas como pasa con casi todos.
La venganza de un estado policial y de gobiernos arrodillados
ante el poder del capital se hace presente en estas detenciones,
no pueden entender que exista gente que lucha por un mundo mejor
sin pedir nada a cambio, sin robar, sin evadir divisas a paraísos
fiscales, sin pisotear la vida de la gente humilde. Personas que
como Laura siguen creyendo en la dignidad y en la construcción
de un futuro sin explotación capitalista.
Todos y todas somos ahora Laura Gómez mientras siga encarcelada y
seguimos, seguiremos luchando desde cada rincón del planeta.
Somos legión y jamás podrán parar tantos sueños de
fraternidad y esperanza.
Adhesiones Manifiesto «Laura libertad»:
http://laurallibertat.wordpress.com/llista-dadhesions-lista-de-adhesiones/
Más historias
Lola García
Rosa
Por la memoria de los fusilados de San Lorenzo.