1 octubre 2023

Caradurismáticos y sindicalistas

El rey con los sindicatos aconsejando la mejor forma de tener moderación, de no ser muy radicales y entrar en la razón del neoliberalismo. No le será difícil convencer su majestad a estos individuos entregados hace años a la fiesta de las subvenciones, a la parranda del viva la vida alegre y divertida, mientras haya billetes que sustenten la buena vida y el presunto engaño a la clase trabajadora.

En medio de este maremágnum de casposismo ilustrado nos encontramos con autenticas perlas de la venta premeditada de los intereses obreros. Esta vez en un Ayuntamiento importante de estas islas se habla de una especie de ERE encubierto, donde más de 700 trabajadores indefinidos podrían ir a la calle en poco tiempo desde una RPT, a través de un concurso oposición abierto a la ciudadanía, por supuesto con una academia muy conocida de por medio que cobra 200 euros al mes por cabeza, pasmosamente con muy buena relación con un “caradurismático” (perdón por la palabra inventada) sindicalista hace años entregado a la dolce vita y al pendóneo, que no se corta un pelo para recibir lucrativas comisiones a costa del puesto de trabajo de cientos de empleados públicos.

Todo esto aderezado con buenas dosis de corrupción sindical y política, conforman el espacio idóneo para una realidad absolutamente vergonzosa, donde la alternativa está en la lucha obrera anti sistema, en los pocos sindicatos que quedan que no se venden al mejor postor, que no permiten en sus filas la existencia de redes mafiosas para beneficio de personajes sin escrúpulos, que ensucian el buen nombre del sindicalismo y la lucha por los derechos de los sectores populares.

Con casi cinco millones de parados en el estado español, con más de un millón y medio de familias con todos sus miembros desempleados, con un par de millones de trabajadores que dejaran en pocos meses de percibir prestación alguna, quedando sin ingresos para mantener a sus familias, el panorama es más que desalentador, haciéndose necesaria una regeneración de la lucha sindical, una depuración de las mafias organizadas y que gente verdaderamente honrada esté al frente del sindicalismo.

Afortunadamente queda esperanza y hago mías las reivindicaciones de la CNT donde plantea como propuestas los siguientes puntos: Reducción de la jornada laboral, que estimularía tanto la contratación como la producción. • Supresión absoluta de las horas extra, que causan un profundo perjuicio a la economía tanto individual como colectiva. • Recursos del Estado destinados a las trabajadoras y trabajadores, y no a las empresas. • Eliminación de las subvenciones que reciben banca y cajas de ahorro, permitiendo que la burbuja inmobiliaria caiga definitivamente, reduciendo el ahogo que padecen las personas que se encuentran hipotecadas, pero sobre todo abaratando el mercado inmobiliario y reduciendo los precios de alquiler o compra a valores adecuados a la realidad social existente. • Retirada inmediata de las tropas que el estado español destina a operaciones internacionales, que acentúan aun más los problemas sociales y de miseria, y suponen unos costes inadmisibles.

No queda otra sino la confrontación contra el capital. Luchar hasta la última gota de dignidad contra este sistema que mata de hambre a millones de seres humanos y quienes lo sustentan, desenmascarar a los que amparados en el sindicalismo y en el pseudoprogresismo se hacen el agosto a costa de los intereses de las personas más humildes y desamparadas.

La historia es nuestra y la hacen los pueblos como dijo Salvador Allende, la esperanza está en la clase trabajadora y si somos capaces de plasmar y canalizar nuestra rebeldía, siempre contra la explotación y el expolio de nuestros derechos para construir una sociedad mejor.