2 octubre 2023

Defender la alegría

(…) defender la alegría como una bandera, defenderla del rayo y la melancolía, de los ingenuos y de los canallas…

Mario Benedetti

Satisfechos del reconocimiento histórico a los fusilados y represaliados por el fascismo en el antiguo municipio de San Lorenzo, queremos una vez más como familiares de las víctimas, manifestar nuestro agradecimiento al Alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, D. Jerónimo Saavedra y a tantas personas y organizaciones, por respaldar esta iniciativa promovida por los descendientes de los asesinados un 29 de marzo de 1937 en el campo de tiro de La Isleta.

No fue un camino fácil llegar a este homenaje del 12 de noviembre por la dignidad y la memoria de los que entregaron su vida por la democracia y la libertad, nos encontramos con numerosos obstáculos generados por una minoría de personajes sin escrúpulos, que trataron de rentabilizar políticamente todo ese sufrimiento de nuestras familias, zancadilleando y manipulando para lograr unos objetivos puramente partidistas y rastreros, siempre a costa de la memoria de nuestros muertos para obtener un rédito de miseria y pestilencia social, que lo que ha conseguido es reforzarnos y darnos una mayor contundencia en esta lucha por recuperar toda esa memoria silenciada.

El fascismo tiene muchas caras y anda oculto entre la mugre de los que no tienen problema en tratar de hundirte personal o laboralmente, aquellos que navegan entre la maldad y la pura ignorancia y que intentan enturbiar la vida de las personas honradas.

Esta cobarde y patética forma de actuar viene heredada de los mejores tiempos de la España más casposa y falangista, donde era frecuente acudir al trabajo de alguien del que sospecharan que era comunista, socialista o anarquista y chivarse de que era peligroso tener rojos o sindicalistas en la empresa, ya “que tarde o temprano darían problemas”.

Estos chivatos nostálgicos del yugo y las flechas todavía siguen existiendo y desgraciadamente no han sabido quitarse de encima toda esa maldad, todo ese hedor que llevan impregnado en lo más hondo de sus tristes y miserables corazones.

Afortunadamente los que luchamos y no desfallecemos contamos con la alegría y el apoyo de las personas buenas, las que piensan que esta Tierra tiene remedio, las que recuperan memoria sin pedir nada a cambio y contribuyen a la construcción de una sociedad mejor.

Gracias a todos y a todas esas personitas el mundo parece que va mejor, que le salen labios para besarnos. Al menos eso percibo y siento cuando veo la sonrisa y la felicidad de mi hija Famara cuando me pide llevarle claveles rojos a su bisabuelo fusilado.

¡Salud y República camaradas! Nunca podrán, aunque lo intenten, ni con la esperanza, ni con el amor que nos mantiene en pie luchando, revolucionando la brisa más rebelde de este invierno rojo y solidario.

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