El
bombillo brillaba en la entrada del viejo patio canario rodeado de mariposas nocturnas
y polvo en suspensión, los dos muchachos guardaban las pistolas bajo la maceta
con el drago (1), no era fácil
disimular que en el suelo había un agujero excavado hacía años, pocos días
después del golpe fascista del 36, cuando los camaradas del partido decidieron
resistir y fueron asesinados, ni siquiera pudieron disparar contra nadie, se
los llevaron directamente de sus casas las oscuras madrugadas para desaparecerlos.
bombillo brillaba en la entrada del viejo patio canario rodeado de mariposas nocturnas
y polvo en suspensión, los dos muchachos guardaban las pistolas bajo la maceta
con el drago (1), no era fácil
disimular que en el suelo había un agujero excavado hacía años, pocos días
después del golpe fascista del 36, cuando los camaradas del partido decidieron
resistir y fueron asesinados, ni siquiera pudieron disparar contra nadie, se
los llevaron directamente de sus casas las oscuras madrugadas para desaparecerlos.
Daniel
Trujillo estaba limpio, no recaían sospechas sobre el de su militancia clandestina
en el PCE, junto a Pedro Luján y Carlos Alberto Díaz formaban la célula, recorrían
las calles de Santa Cruz de Tenerife cuando salían a poner pintadas contra la
dictadura, repartir los panfletos escritos con maquina de escribir y papel de
calco, logrando sacar durante muchas horas cien o doscientas copias con la hoz
y el martillo, proclamas por la libertad y la democracia, por la memoria de sus
muertos, hojas blancas que iban dejando en los portales, en las entradas del
mercado, cerca de las tiendas de aceite y vinagre de aquella ciudad inundada
por la muerte.
Trujillo estaba limpio, no recaían sospechas sobre el de su militancia clandestina
en el PCE, junto a Pedro Luján y Carlos Alberto Díaz formaban la célula, recorrían
las calles de Santa Cruz de Tenerife cuando salían a poner pintadas contra la
dictadura, repartir los panfletos escritos con maquina de escribir y papel de
calco, logrando sacar durante muchas horas cien o doscientas copias con la hoz
y el martillo, proclamas por la libertad y la democracia, por la memoria de sus
muertos, hojas blancas que iban dejando en los portales, en las entradas del
mercado, cerca de las tiendas de aceite y vinagre de aquella ciudad inundada
por la muerte.
De
repente escuchó un estruendo en la entrada, era Martín Fumero, el joven maestro
de escuela de Tacoronte, venía con la cara descompuesta gritando:
repente escuchó un estruendo en la entrada, era Martín Fumero, el joven maestro
de escuela de Tacoronte, venía con la cara descompuesta gritando:
–Se llevaron a Julián y a Luisa, la guardia
civil entró en la casa, vienen a por nosotros, tenemos que salir de aquí como
sea.
civil entró en la casa, vienen a por nosotros, tenemos que salir de aquí como
sea.
Los
hombres sacaron las armas metiéndolas en las desgastadas mochilas, corriendo
hacia la calle, todavía era de noche, caminaron hacia San Andrés sigilosamente por
los caminos de tierra, lejos del escaso tráfico, para subir hacia las montañas,
por los acantilados repletos de cardones (2)
y tabaibas (3), escalando por
los empinados senderos de los pastores, hasta llegar tras varias horas al
frondoso y húmedo bosque del Macizo de Anaga (4). Ya casi amanecía, el sol rojo salía sobre el inmenso mar, el
de la libertad, el de la esperanza, de quienes lograron salir de aquel laberinto
isleño de terror, tortura y crímenes.
hombres sacaron las armas metiéndolas en las desgastadas mochilas, corriendo
hacia la calle, todavía era de noche, caminaron hacia San Andrés sigilosamente por
los caminos de tierra, lejos del escaso tráfico, para subir hacia las montañas,
por los acantilados repletos de cardones (2)
y tabaibas (3), escalando por
los empinados senderos de los pastores, hasta llegar tras varias horas al
frondoso y húmedo bosque del Macizo de Anaga (4). Ya casi amanecía, el sol rojo salía sobre el inmenso mar, el
de la libertad, el de la esperanza, de quienes lograron salir de aquel laberinto
isleño de terror, tortura y crímenes.
En
la montaña todo era niebla, la fina lluvia caía impregnando la tierra de una
fina capa de rocío, un manto tenue de fragancias desconocidas, las que los jóvenes
habían sentido en las caminatas que organizaban antes por esa parte mágica de
la isla. El frío se incrustaba en la piel y avanzaban hacia un lugar donde
ocultarse y reorganizarse, se sentaron bajo unas piedras gigantes, uno de los
roques que adoraban los antiguos, casi no hablaban, temblaban y no sabían si
era de miedo mientras Carlos le decía algo a Pedro sonó un trueno, una ráfaga infernal
que venía de un lugar desconocido, Martín vio como cayeron los compañeros, y
una bala atravesaba su espalda dejándolo inmóvil, con el cuerpo paralizado desde
el cuello a los pies.
la montaña todo era niebla, la fina lluvia caía impregnando la tierra de una
fina capa de rocío, un manto tenue de fragancias desconocidas, las que los jóvenes
habían sentido en las caminatas que organizaban antes por esa parte mágica de
la isla. El frío se incrustaba en la piel y avanzaban hacia un lugar donde
ocultarse y reorganizarse, se sentaron bajo unas piedras gigantes, uno de los
roques que adoraban los antiguos, casi no hablaban, temblaban y no sabían si
era de miedo mientras Carlos le decía algo a Pedro sonó un trueno, una ráfaga infernal
que venía de un lugar desconocido, Martín vio como cayeron los compañeros, y
una bala atravesaba su espalda dejándolo inmóvil, con el cuerpo paralizado desde
el cuello a los pies.
Las
pistolas se quedaron en las mochilas, tampoco pudieron disparar. Los tricornios
y los correajes de la partida de Falange aparecieron desde las sombras, salían
de la niebla como seres espectrales acercándose a los cuerpo acribillados, solo
Fumero estaba vivo, cerró los ojos fingiendo estar muerto, el capitán Morales
habló con su acento gallego:
pistolas se quedaron en las mochilas, tampoco pudieron disparar. Los tricornios
y los correajes de la partida de Falange aparecieron desde las sombras, salían
de la niebla como seres espectrales acercándose a los cuerpo acribillados, solo
Fumero estaba vivo, cerró los ojos fingiendo estar muerto, el capitán Morales
habló con su acento gallego:
-Están
muertos estos hijos de puta, cayeron como perros.
muertos estos hijos de puta, cayeron como perros.
Ordenó
enterrar los cadáveres allí mismo, a pocos metros del inmenso roque sagrado,
varios falangistas sacaron sus picos y asadas, abrieron la tierra mojada, en
pocas horas la fosa estaba preparada, habilitada para albergar el cuerpo de los
héroes. Martín no decía nada, quería evitar las horribles torturas, sabía que
era mejor morir, vio como la tierra lo tapaba, tierra fresca que olía a estiércol
ancestral, milenario, alcanzó por un
instante a ver las nubes volando entre los pinos gigantes antes de cerrar los
ojos para siempre, el vuelo diseminado de los sueños.
(1) Dracaena Draco, especie vegetal de la Macaronesia.
(2) Euphorbia Canariensis, especie vegetal endémica de las Islas Canarias.
(3) Arbustos perennes del género Euphorbia endémicos de las Islas Canarias.
(4) Formación montañosa y rural de la isla de Tenerife.
http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es/
enterrar los cadáveres allí mismo, a pocos metros del inmenso roque sagrado,
varios falangistas sacaron sus picos y asadas, abrieron la tierra mojada, en
pocas horas la fosa estaba preparada, habilitada para albergar el cuerpo de los
héroes. Martín no decía nada, quería evitar las horribles torturas, sabía que
era mejor morir, vio como la tierra lo tapaba, tierra fresca que olía a estiércol
ancestral, milenario, alcanzó por un
instante a ver las nubes volando entre los pinos gigantes antes de cerrar los
ojos para siempre, el vuelo diseminado de los sueños.
(1) Dracaena Draco, especie vegetal de la Macaronesia.
(2) Euphorbia Canariensis, especie vegetal endémica de las Islas Canarias.
(3) Arbustos perennes del género Euphorbia endémicos de las Islas Canarias.
(4) Formación montañosa y rural de la isla de Tenerife.
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Guerrilleros antifascistas muertos
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