A la cuarta copa
de vino abocado ya no quedaba casi nada de lo que fue el amor de su vida, era
año nuevo del 77 pero no lo sabían, escuchaban el rumor añejo del barranco, de
aquellos tiempos en que los cadáveres eran amortajados en cuevas y acantilados.
Ella le preguntó por los viejos que sabían hablar con los labios sellados, los
que nombraban los años de los crímenes, un trasiego de versos, el rumor del
silencio.
de vino abocado ya no quedaba casi nada de lo que fue el amor de su vida, era
año nuevo del 77 pero no lo sabían, escuchaban el rumor añejo del barranco, de
aquellos tiempos en que los cadáveres eran amortajados en cuevas y acantilados.
Ella le preguntó por los viejos que sabían hablar con los labios sellados, los
que nombraban los años de los crímenes, un trasiego de versos, el rumor del
silencio.
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