9 junio 2023

El voto antisistema

Unos apoyan la millonada y el despilfarro de dinero público que supone el tren de Gran Canaria, otros se sacan fotos con los planos del “monumento-aberración” en la Montaña de Tindaya o de la nueva autopista que arrasa por gran parte del Parque Natural de Tamadaba. Nos prometen en plena campaña electoral encarnizada mejoras sociales, trabajo para todos. Algunos que parecen personajes casposos salidos del NODO nos piden el voto a cambio de expulsar inmigrantes, de acabar con la delincuencia miserable, no la de cuello alto y corbata por supuesto, sino la que viene de los barrios más empobrecidos, la de las víctimas de esta sociedad enferma en manos de ladrones y especuladores, que desde los bancos y constructoras manejan los hilos de sus marionetas políticas.

Se acercan estas nuevas elecciones y las calles se llenan de fotos tratadas que a pesar del photoshop no pueden disimular sus caras de atorrantes y delincuentes compulsivos, vividores del “como va lo mío” y el pelotazo fácil que aspiran a nuevas cotas de poder, con la idea de acercarse al nivel de vida de los eurodiputados y volar siempre en primera clase, disfrutando de unos sueldos desproporcionados para el poco trabajo que hacen, un dineral que sirve para financiarles sus chales de alto standing, sus vicios caros y sus cochazos último modelo siempre a costa de nuestros impuestos, de la miseria de millones de europeos y canarios que sufren el desempleo y el despilfarro presupuestario. Dinero europeo utilizado para la financiación de guerras imperialistas como las de Iraq, Libia o Afganistán, donde la OTAN asesina cada día niños inocentes bombardeando población civil de forma indiscriminada, con la excusa de promover la democracia cuando lo que realmente buscan es apropiarse de todo el petróleo y los recursos naturales de estos desgraciados países.

En Canarias las cifras de paro superan todas las previsiones estadísticas, muchas familias sufren para llegar a fin de mes y ya se han detectado con cada vez más frecuencia casos de desnutrición infantil en colegios de barrios populares. Por todo esto y por mucho más hay que pensarse muy bien el voto y no dárselo a ciertas fuerzas políticas que defienden a ultranza el neoliberalismo, la corrupción, la explotación de la clase trabajadora, la esquilmación de la Tierra para beneficio de unos pocos, las guerras del imperio y el saqueo de los pueblos empobrecidos.

La lucha sigue.

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