Braman los tertulianos de la ultra derecha españolista en las televisiones justificando que este montaje de crisis la pague la clase obrera, defendiendo a su anciano rey cada vez más decrepito y desprestigiado en sucesivos escándalos de miembros de su familia. Un régimen monárquico heredero de una dictadura franquista culpable del genocidio de cientos miles de personas asesinadas por sus ideas en 40 años de terror. Resulta patético escuchar las peroratas televisivas de estos fascistas justificando los recortes de derechos, los desahucios, la destrucción del patrimonio natural. Apoyando incondicionalmente a quienes gobiernan solo para los poderosos, los que generan los cauces para que los cuatro de siempre sigan robando, creando nuevas tramas de corrupción político-empresarial para seguir ganando millones sobre la miseria de nuestro pueblo.
Son ya tantos los motivos para no querer ser español, avergonzarme de un país que desde la conquista de Canarias y América manchó de sangre territorios libres, sin arrepentirse ni pedir perdón sigue 500 años después con otras formas de colonialismo, que destruyen el territorio indígena en tantas partes del continente hermano con sus empresas sanguinarias, que buscan petróleo, gases o construyen presas sobre territorios sagrados, para tantos desgraciados pueblos desde la Patagonia chilena a las selvas de Centroamérica.
Ahora tristemente le toca a los mares canarios donde estas empresas ya asoman por el horizonte con sus contaminantes plataformas petrolíferas, como en América pasan por encima de la soberanía popular, siempre a cambio de obtener ingresos millonarios con el respaldo de un gobierno entregado al neo liberalismo salvaje, al expolio generalizado de cualquier parte de la Madre Tierra donde puedan obtener sus asquerosos beneficios.
Parar los pies a estos ladrones debe ser la consigna general en todo el planeta, en naciones heroicas como Venezuela, Cuba, Ecuador, Argentina, Bolivia, Islandia y otras ya se está consiguiendo, sigamos su ejemplo de dignidad y coraje.
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