Los zoológicos de Canarias incumplen en su mayoría la legislación europea y española en materia de fauna salvaje en cautividad. Sometiendo a los animales a crueles encierros en jaulas minúsculas sin ningún tipo de enriquecimiento ambiental tal y como establecen dichas leyes, y menos aún promoviendo acciones de educación ambiental y de recuperación de especies en extinción.
Recuerdo la visita que hice hace unos años acompañado del prestigioso veterinario, Jaime Espinosa, a las instalaciones de un zoológico del sur de Gran Canaria, donde con una cámara de vídeo grabamos unas imágenes espeluznantes, que adjuntamos con una denuncia a varias instituciones con competencia en esta materia.
En esa cinta se podía visualizar a varias familias de chimpancés en un estado lamentable, con muy poco espacio en unas jaulas con latas de refresco por los suelos y restos de comida arrojada por los turistas. Se me quedarón grabados los ojos tristes de esos grandes simios como pidiéndonos ayuda entre tanta desolación. Vimos además a unos tigres escuálidos en un reducido habitáculo entre barrotes carcomidos, con ratas enormes rondando entre los restos de carne y sangre putrefacta.
Salimos alucinados de ese recinto donde pudimos ver reptiles muertos y en estado de putrefacción expuestos al público, un quiosco donde se vendía comida para que los turistas se la tiraran a los animales, mucha suciedad y sobre todo escasas o nulas medidas de seguridad, con cocodrilos que podían ser tocados por los visitantes y un largo etcétera de argumentos que incluimos en una denuncia que ni siquiera fue contestada, ni llevada a tramite o investigación por la autoridad competente.
También se me vienen a la mente las llamadas de varios vecinos informándonos de que un cocodrilo llevaba varios años viviendo en un estanque a varios kilómetros de ese recinto zoológico. Un animal de considerable tamaño y que al parecer se había escapado de ese zoo y hacía su vida en ese lugar sin vallas y abierto a que cualquier persona pudiera acercarse a su orilla y ser atacada.
En otra ocasión pusimos una denuncia porque varios chimpancés se evadieron y por error se metieron en la jaula de los tigres y fueron devorados. Dándose la circunstancia de que a pesar de ese incidente siguen en la actualidad viviendo jaula con jaula, viéndose permanentemente y con el consiguiente agobio y tensión del depredador y el miedo y el estrés de la supuesta victima.
Todas estas denuncias repito no fueron tramitadas, haciendo oídos sordos la administración competente ante unas gravísimas irregularidades cometidas por los dueños de este enclave zoológico, que además recibe subvenciones del Ministerio de Hacienda a través de la Delegación de Aduanas y de un ayuntamiento del sureste de la isla.
Esta situación tercermundista y de explotación de animales salvajes para lucro personal, tiene su momento culminante, cuando este martes 23 de marzo se escapan siete tigres de bengala de un recinto zoológico, siendo a las pocas horas abatidos tres de ellos por la policía, en un ejercicio de tiro al mejor estilo de los safaris africanos, acabando de esta forma con unos animales en gravísimo peligro de extinción.
La verdad desconozco cuando escribo estas líneas cuales fueron las circunstancias de este supuesto asesinato, pero me pregunto como es posible que la Guardia Civil de la Naturaleza, SEPRONA, no tenga entre su material armas que inyecten tranquilizantes y eviten la muerte de animales tan maravillosos.
Ahora solo nos queda lamentarnos por esta inmensa perdida, comprobar como estas instituciones públicas sigan respaldando la existencia de este tipo de zoológicos y escurran el bulto, busquen excusas para decir que no pasa nada, que no hay problema, que está todo controlado, que sigan siendo cómplices directos de negocios que dañan gravemente la vida de seres inocentes, mostrando una imagen del mundo animal totalmente tergiversada, que generan sufrimiento a especies que no merecen estar encerradas de por vida, aburridas, tristes y sin esperanza.
Un día la Madre Naturaleza nos pedirá cuentas y ya será tarde para saldarlas. Mientras unos politicuchos presuntos prevaricadores y corruptos nos siguen ocultando la realidad, mintiendo a la opinión pública, permitiendo que nuestros hermanos de planeta sigan encerrados en jaulas y sufriendo en manos de unos personajes indignos de ser habitantes de esta nave cósmica llamada Tierra.
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Totalmente de acuerdo. Como siempre, por más denuncias que se hagan las autoridades nunca actúan. Así nos va. Pobre bichos. Pero sobretodo pobre humanidad.
Le felicito por este artículo. Me he permitido insertar un enlace al mismo en mi blog.
Muy agradecido. Saludos cordiales.
Muchas gracias Juan Luis. Un fuerte abrazo.