23 septiembre 2023

La muerte de la democracia

Neveras
vacías en millones de hogares del estado español, niños y niñas en situación de
empobrecimiento extremo, con Canarias como la primera comunidad en miseria y
malnutrición infantil, según datos de Unicef y Save the Children, todo tipo de
abusos de unos gobernantes al margen de la ciudadanía, viviendo a cuerpo de rey
con un nivel de vida vergonzoso e inmoral, forjando en cada una de sus acciones
todo tipo de dramas personales, suicidios, desahucios, hambre, miseria,
sufrimiento. Unos personajes inmunes al dolor ajeno, agarrados a sus poltronas
como buitres cueste lo que cueste, muera quien muera, castigando a millones de
personas a sobrevivir sin casi nada, en el abismo, la desesperanza, el miedo,
la vergüenza de no tener nada, de mendigar comida en bancos de alimentos y parroquias.

Tantas
familias rebuscando en la basura de las ayudas-tapaderas sociales
insuficientes, prestaciones económicas que solo prolongan una agonía
interminable que mata lentamente, que destroza vidas, la convivencia familiar,
el futuro del futuro de la gente, un presente desolador, donde se sigue votando
por los causantes de este genocidio social como en Andalucía, ante las sonrisas
de personajes inmundos que son de nuevo elegidos con el voto popular,
celebrando cuatro años más de saqueos y pelotazos millonarios.

Esto
es España tras 40 años de continuidad de una dictadura sanguinaria, desde una
transición que dejó atada y bien atada la premeditada metodología del desfalco,
un régimen gobernado por los herederos de los causantes del holocausto
nacional-católico sobre cientos de miles de demócratas, ahora disfrazados de
tolerancia, de constitucionalidad arrasando por todo mientras se siguen
llenando los bolsillos.

Un
niño de pocos meses llora de hambre en un lugar indeterminado de la geografía
estatal, al otro lado buitres enchaquetados siguen robando el patrimonio
público, dando carta blanca a 400 desahucios diarios, retirando las ayudas a la
dependencia, sembrando miles de muertes, con una Esperanza Aguirre pidiendo la dimisión
del candidato de su propio partido ultra conservador por Andalucía, en un
alarde de rapiña política, la delegada del gobierno en Madrid felicitándose por
las brutales palizas policiales sobre manifestantes en las Marchas por la
dignidad del pasado fin de semana.

Todo
bajo control en un país devastado, mientras los telediarios anuncian cada día
nuevos casos de corrupción política, escándalos gürtelianos, tramas corruptas
de miembros de la Casa Real y todo un abanico de acontecimientos que
avergüenzan a las personas de bien, las que no llegan a fin de mes, las que
hacen malabares para evitar el hambre de sus hijos, sufriendo en silencio una
crisis-estafa creada en los laboratorios siniestros de un sistema inhumano.

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