5 junio 2023

Ladran, luego cabalgamos

Las recientes amenazas telefónicas recibidas por una familiar de los fusilados de San Lorenzo, donde se le increpaba que se estuvieran “revolviendo” hechos del pasado, viene a demostrar que se está haciendo un buen trabajo de rescate de toda esa memoria silenciada y pisoteada por los asesinos franquistas y sus herederos. Estos hechos constitutivos de delito vienen a demostrar que ciertos personajes vinculados a la represión de la dictadura no se conforman con las muertes y torturas de miles de canarios, sino que siguen en sus trece tratando de atemorizar y perseguir a quienes luchamos por una sociedad mejor y defendemos la democracia y la justicia social.

Esta llamada realizada desde una cobarde identidad oculta y que si denunciamos se podría identificar, nos demandaba de forma amenazante que se parara de forma inmediata el trabajo de recuperación de memoria histórica en esta zona de Gran Canaria. Que todo es mentira, que lo que se dice en el documental “La Memoria Interior” es falso, que el bebé Braulio González García, hijo de uno de los fusilados y asesinado por un falangista en su propia cuna jamás existió. En definitiva esta voz del pasado más siniestro pretendía cercenar nuestros derechos para la dignificación de nuestros muertos masacrados por la barbarie fascista, usando las mismas tácticas de sus antecesores que fusilaron y llenaron pozos y simas de personas inocentes, que torturaron, robaron niños y acabaron en pocos años con lo mejor de nuestro pueblo.

Los familiares de los fusilados de San Lorenzo hemos sufrido desde abril del pasado año 2010 distintas amenazas y coacciones, todas con el objetivo de tratar de amedrentarnos y sembrar ese miedo ancestral en nuestras vidas, contagiarnos de un desasosiego que hemos sabido superar durante más de 70 años de resistencia ante los embates del fascismo. Una estrategia vergonzosa de esta gentuza que ha ido desde el intento de desprestigio en nuestro puesto de trabajo advirtiendo a nuestros jefes de que somos “trabajadores conflictivos”, a las presiones para que modifiquemos nuestra estrategia de lucha en beneficio de reivindicaciones partidistas.

Todo esto que está pasando nos alegra profundamente y manifiesta que estamos en el buen camino, que los doberman están enrabietados por todas las consecuciones y avances de nuestro honesto y humilde trabajo.

Ladran, luego cabalgamos.

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