1 octubre 2023

Nochebuena solo para los que saquean un estado devastado

En este preciso
instante muchas familias del estado español sobreviven a una Navidad marcada
por la miseria. Buscan algo de comida y turrón barato en los supermercados de
sus barrios, haciendo colas interminables en Cáritas o en los Bancos de
Alimentos, con la idea de olvidar por unos instantes la inmensa desolación, el
desfalco premeditado del que estamos siendo víctimas, donde únicamente la casta político-financiera saca jugosas tajadas.
 
Millones de
personas viven acorraladas por una banca terrorista que roba y no es condenada,
amiga de una banda organizada que vive de la política, que se hace multimillonaria con una gestión al mejor estilo
de los sinvergüenzas más famosos de la historia. Su peculiar “Cosa Nostra” les
basta para forrarse en pocos años y montarse sus negocietes, privatizaciones y
pelotazos, siempre a costa del empobrecimiento progresivo de nuestro pueblo. Ya
no hay vergüenza y no se cortan a la hora de seguir recortando derechos. Todo
lo hacen, según dicen, para levantar un país que los anteriores habían hundido,
así se van pasando la pelota cada equis tiempo y mantienen un bipartidismo que
roza el fascismo, que nos impone un “partido único”,  basado en la manipulación social y el saqueo.
Puras mentiras para seguir robando el patrimonio público, privatizando la
sanidad y asesinando a quien no tiene medios para curarse. Dilapidando la educación
pública con el objetivo de que los hijos de la clase obrera jamás puedan
formarse y prosperar, convertirlos en los futuros esclavos de un sistema
asesino, cuyo fin principal es consolidar ese nuevo régimen dictatorial planetario
anunciado, sustentado en la brutal represión, en la explotación, en el
genocidio, en las muertes masivas por hambre y en el enriquecimiento ilícito de
los sucios “delincodemócratas” que ostentan el poder.
 
La Nochebuena ya no
es buena, se torna oscura y sin magia, solo brilla en los lujosos salones de una
minoría de salvapatrias de guante blanco, que ocupan cargos públicos en una
pseudodemocracia vendida al poder del dinero. La tristeza inunda unas calles donde
observamos a muchas personas sin rumbo, con los ojos desesperados, recorriendo
zonas comerciales sin bolsas en las manos, alegrando la vista con ilusiones
ficticias, imaginando lo que podrían comprar a sus hijos, soñando con ganar una
lotería y salir de una gravísima situación económica, inducida premeditadamente
por la casta gobernante y la delincuencia financiera.
 
Esta Navidad de
2012 se celebra en un estado saqueado, entre los miles de suicidios mensuales,
6 millones de personas desempleadas, 3 millones de niños bajo el umbral de la
pobreza y casi 4 millones de familias sin ningún tipo de ingresos. La
desesperación invade muchos hogares y una gran mayoría de personas no saben ya
que hacer para poder alimentar a su prole, a unos chiquillos sin futuro, donde
lo único que nos ofrece esta gentuza es limpiar la mierda de los enriquecidos, trabajar
en condiciones de semiesclavitud en los casinos de los mafiosos, a los que
perdonan impuestos a cambio de maletines repletos de dinero negro.
 
La emigración, la
prostitución y la humillación de no tener nada, ni siquiera esperanza, es la alternativa
futura que se ofrece a una juventud sin posibilidades ni perspectivas para el
mañana. Esta es la opción que nos venden los culpables del desmantelamiento de
la educación pública y que sentados junto a la curia planifican su nuevo
cortijo del derecho de pernada, el abuso y el crimen, donde  los “Santos Inocentes” somos la clase obrera,
los que no llegamos a fin de mes, los que nos suicidamos cuando la escoria
bancaria nos desahucia, los que sufrimos la bancarrota social, creada
premeditadamente por aquellos que nos roban el futuro, mientras presumen con su
trajes caros, desde los escaños de un parlamento sustentado en la mentira y la
estafa.

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Tras saquear el mundo empobrecido ahora nos toca a nosotros.