2 octubre 2023

Persecución de las ideas: La absurda inmolación de la esperanza

“(…) La misma casa de miseria,
de tabla sucia y de remiendo, es el desolador atuendo que adorna por toda mi
tierra y la inocencia sin escuela, el mismo harapo sin juguete…”

Silvio
Rodríguez
  – Angola es una

Como si fuéramos delincuentes tenemos que aguantar
miradas despectivas de quienes ostentan el corrupto poder, el delito de no
aguantar más, la ansiedad de tantos abusos de poder, el ataque directo a la
comida de nuestras/os hijas/os, bajadas de sueldo, acoso moral, amenazas,
traslados surrealistas, notificaciones frías, calculadas, las mismas que envía
la criminal usura bancaria a las miles de personas, las que desesperadas se
suicidan cada día por motivos económicos, quitándose la vida en cada rincón del
estado español.

Esas miradas de odio de oscuras/os cargos públicos
del podrido régimen delatan, miedo, terror a quienes no tenemos miedo y
luchamos por nuestros legítimos derechos. Su aprensión atávica, ansiosa,
rencorosa, les delata y se materializa en nuevos recortes de derechos, persecución,
despidos y si pudieran ejecuciones ante el pelotón de fusilamiento, consejos de
guerra sumarísimos, sacarte de madrugada de casa y desaparecerte para siempre.

El mismo modus operandi de sus criminales padres y
abuelos franquistas, no lo pueden remediar, lo llevan en los genes, les
educaron entre abusos de poder, estafas, robos del patrimonio público y una
ideología ultraderechista, por eso no saben actuar de otra forma y consideran
que la clase trabajadora no tenemos derechos, que debemos ser esclavos de sus inconfesables
vicios caros, sus corruptelas constantes, sus pelotazos a costa de la miseria
del pueblo, del hambre infantil, de los desahucios de familias enteras a
patadas y porrazos de sus esbirros policiales.

Cuando nuestras/as hijas/os nos miran y nos
preguntan qué sucede al vernos tristes, taciturnas/os, no es fácil explicarles
que lo que nos sucede es culpa de esta gentuza, que la situación económica de
nuestras familias es la causa de sus constantes corruptelas, de unos saqueos,
recortes y privatizaciones programados para enriquecer sus cuentas corrientes,
hundirnos, asesinarnos lentamente con una voracidad propia de delincuentes sin
escrúpulos.

La guerra ha comenzado y como cada mártir de nuestra
historia, sabemos que la lucha es hasta la victoria o la muerte, no hay otra
salida que confrontar, bregar hasta el final por la dignidad y el futuro de la
gente que más queremos, esas personitas frágiles que observan el derrumbe de un
sueño, una nevera vacía, pastillas para la ansiedad ocultas en los cajones, la triste
inmolación de la esperanza.

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