27 septiembre 2023

Petróleo libio manchado de sangre

Algo debiera hechizar portaviones, alguien debiera apretar un botón que reciclara metralla en razones y poderío en conmiseración.

Silvio Rodríguez (Sinuhe)

No puedo evitar sentir una inmensa tristeza y mucha rabia al contemplar de nuevo los negros aviones del imperio sobrevolando un espacio aéreo soberano. Los gobiernos de los Estados Unidos, Francia, Italia, Reino Unido y España se unen para repartirse un nuevo botín de guerra de petróleo manchado de sangre inocente. Esta vez usando la excusa de la protección del pueblo libio del “feroz” dictador, Muamar el Gadafi, prócer de una dictadura considerada “mala malísima” para esta panda de hipócritas convencidos, que respaldan dictaduras tan sanguinarias como las de Bahréin, Arabia Saudí o las pseudodemocracias asesinas de Marruecos o Colombia, donde se asesina, tortura y desaparece ante la complicidad de Naciones Unidas y todos los gobiernos títeres de los yanquis.

Para estos asesinos de niñ@s hay dictaduras buenas y malas, dictadores con glamur que son acogidos en los palacios de las viejas monarquías europeas, reyes medievales herederos de los genocidas de millones de indígenas africanos y latinoamericanos, colonialistas que llaman “hermanos” a criminales de guerra que un día serán juzgados por la historia.

Por eso España y Francia que han vendido durante años armas a Libia, atacan como pirañas un territorio soberano para obtener rédito y tajada a costa de una casi segura masacre humanitaria bajo las bombas “inteligentes” del mundo occidental. Pero claro esos solo son daños colaterales para alcanzar esos oscuros objetivos y hacer olvidar a sus compatriotas por unos meses los recortes sociales, las cifras alarmantes de desempleo y las encuestas que los ponen en la puta calle por ineptos, anti obreros y neoliberales.

Esta nueva vergüenza para la humanidad a pocos días de ese nuevo 11 M japonés, un más que misterioso terremoto que parece ser una pieza siniestra más de ese rompecabezas económico del capital y de los que se creen dueños del planeta, esos que matan de hambre cada día a millones de personas sin importarles para nada el sufrimiento y la desesperación de los pueblos, la destrucción del planeta y la extinción de los seres vivos para catapultarse hacia un abismo insospechado de soberbia y ambición.

Mientras asistimos a la invasión televisada de Libia veo en mi jardín a los gorriones felices en esta nueva primavera, se bañan en el agua fría, juguetean libres en los bebederos, inconscientes de todo lo que está pasando o quizá sabedores de que se avecinan tiempos felices. Eso espero, esperamos desde estas islas africanas y hermanas de todos los pueblos que luchan.

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