Ya no abría las cartas del banco casi por miedo, aquella negociación se había agotado y ya el director de la sucursal se negaba a recibirla. Solo quedaba la notificación judicial con la fecha del desahucio de aquel pisito en el barrio de La Isleta. Aquella entidad bancaria que le prometió todo tipo de parabienes cuando cerraban la hipoteca, ahora la acosaba con frías cartas amenazantes. No había salida solo esperar a que llegara la policía y los desalojaran de su hogar a ella y a sus cuatro hijos menores de 7 años, incluso a Roberto con su discapacidad profunda acostado siempre en la cama junto a la ventana del salón.
Pedro, su marido no quiso nunca asumir cuando se separaron la responsabilidad del pago de aquella humilde casita. Carmen se vio sola con los gastos de toda la familia, limpió muchas casas, cantidad de locales, hasta que enfermó de aquel mal incurable que le depararía una muerte segura antes de cinco años. Ahora esperan los cinco abrazados en silencio con la luz cortada a que llegue ese momento terrible, ese gesto de inhumanidad de la mafia económica que dirige los bancos, que marca las directrices de los que gobiernan con corazones oscuros y siniestros esta pobre patria.
Hola, te envío mi pequeño microrelato que creo que viene de "perlas" a tu entrada. Por cierto, gracias por tus comentarios.
Memorias de un desahucio:
No pudo evitar mirar de reojo la puerta del apartamento (tras esta, quedaron los domingos en los que papá nos contaba un cuento bajo las sábanas de su cama). Malena volvió su mirada y mamá le tornó una sonrisa apremiante. Yo me hacía el valiente, aquellos policías no parecían tan malos.
La puerta se cerró con un trallazo. Malena y yo apretamos las manos de mamá y contuvimos las lágrimas. (Papá siempre decía que no había que llorar delante de nuestros ofensores). Con las maletas a cuestas bajamos a trompicones por la escalera. En la calle, el gentío se apiñaba frente a los furgones. Rugían las gargantas, atronaban los altavoces.
Miguel García
Saludos indignados!!!
http://15mikel.blogspot.com/
Muchas gracias amigo Miguel y felicidades por tu microrelato.
Este blog está abierto a tus aportaciones.
Debemos unir voces y pensamientos en contra de este nuevo fascismo de la banca y los políticos corruptos. Cuanta buena gente honrada está sufriendo el terror de estos sinvergüenzas.
!Salud y libertad!