2 octubre 2023

S.O.S. este gobierno nos está matando

«(…) Si alguien roba comida y
después da la vida ¿Qué hacer? ¿Hasta dónde debemos practicar las verdades».
Silvio Rodríguez –
Playa Girón
En la España de las
maravillas, para unos pocos ensobrados amigos de lo ajeno, robar millones ya no
es delito, en cambio tomar una bolsa de pipas, una talega de pan, puede
condenarte a varios años de cárcel, expropiar de un supermercado un poco de
leche maternizada para tus niños/as hambrientos/as, desnutridos/as ya es
punible, se consolida el régimen cleptocrático y ya vale todo, hasta encarcelar
a la gente desesperada que no tiene comida, que son condenadas a la
desnutrición y la muerte por un gobierno de sinvergüenzas.
La situación actual
de miseria donde uno/a de cada tres niños/as pasan hambre, 500 familias diarias
son desahuciadas de sus viviendas por la mafia, 20 suicidios diarios por
razones económicas, millones de personas dependientes condenadas a un fallecimiento
seguro por la retirada de las ayudas sociales, privatización pandillera de la
sanidad pública,  generando muertes
diarias en unos hospitales abandonados y sin recursos, entre otras acciones más
propias de la “Cosa Nostra”  que de una
supuesta democracia europea.
El régimen del
hambre no tiene límites, legisla permanentemente en contra del pueblo, contra
las millones de personas que sufren sus recortes, sus estafas, sus mentiras,
sus asquerosos pelotazos siempre a costa de los legítimos derechos ciudadanos.
Las subvenciones sociales
del estado se las llevan siniestras fundaciones vinculadas al ex presidente
miembro del detestable trío de Las Azores. La FAES se chupa casi todo junto a
otras fundaciones vinculadas al PP,
con partidas millonarias contantes y sonantes, para supuestas campañas
que no llegan a la ciudadanía y se quedan entre el típico grupo de amigos/as
derechistas y chavales/as de la bandera del yugo y las flechas, los de siempre,
mientras organizaciones como Unicef, Intermón Oxfan, Médicos del Mundo y otras
reciben una mierda de dinero.
Esta es la triste realidad
de un estrambótico “país” de rateros de guante blanco y patriotas del sobre, de
una supuesta democracia que le cobra los medicamentos a los/as enfermos/as de
cáncer, personas gravemente enfermas, que a partir del 1 de octubre, tendrán
que pagar un 10% del precio total de los carísimos medicamentos para este tipo
de enfermedades.
Hay muchas formas
de matar, por ello esta pandilla de sobrecogidos ya se han especializado en
condenar a una muerte inminente a infinidad de personas con sus políticas
inhumanas, masacrar a los/as millones de parados/as, a los/as pensionistas con
prestaciones de miseria, a una juventud sin presente ni futuro, condenada a
tomar la maleta y perderse en una aventura sin retorno ni esperanza.
Queda claro cada
día que pasa que esto es un orquestado genocidio, con el evidente objetivo de
masacrarnos, persiguiendo, criminalizando con leyes fascistas a pensionistas,
desempleados/as, estudiantes de la clase obrera, desahuciados/as, inmigrantes,
empleados/as públicos/as, personal sanitario, docentes en lucha en cada marea,
que ven como se quedan sin nada, como la caterva de la empresa privada se chupa
casi todo, hasta la vida, gracias a sus testaferros del gobierno, que acaban
cada segundo que pasa con el bienestar general y la esperanza de millones de
ciudadanos/as.
Me gustaría lanzar
al viento de alguna forma un grito de esperanza, pero la oscuridad parece arrastrarnos a
un camino sin retorno.
No lo permitamos,
la claridad debe guiarnos, de lo contrario el futuro será tan negro como las
inminentes mareas negras del sucio ministro español petrolero, la destrucción
del territorio marino, de la virginidad natural, de la inmensidad oceánica, donde
habitan seres mágicos, inconscientes de adonde nos llevan estos próceres del
terror, del anunciado holocausto social y la muerte.