2 diciembre 2023

Tindaya y la cueva de Alí Babá.

!Aicá maragá, aitítu aguahae, maicá aguere, demancihani, neigá aruhiti alemalái!

(!Sed bienvenidos hermanos! Mataron a nuestra madre esta gente extranjera. Más ya que estamos reunidos !Unámonos! Si no estamos perdidos.)

Endecha guanche – Tamarán

El Gobierno de Canarias ha decidido retomar el vergonzoso proyecto de la Montaña de Tindaya, para hacer realidad uno de los mayores atentados al patrimonio cultural y natural de la historia de estas islas. Esta decisión se toma en unos momentos de grave crisis económica, donde ya se baten todos los record de desempleo y desigualdades sociales. Con niños y niñas que sufren problemas de desnutrición, personas mayores que viven bajo el umbral de la pobreza, familias enteras donde todos sus miembros están inactivos laboralmente y sin percibir ningún tipo de prestación social.

La derecha nacionalista y caciquil canaria no satisfecha con el enorme gasto de dinero público de la policía canaria, se lanza al rescate de un proyecto monumental que no encaja en la actual realidad de las islas, que está totalmente fuera de lugar y que de realizarse quedaría en la historia como uno de los mayores atracos a la dignidad de este pueblo, que ve cómo mientras se firma este convenio de 75 millones de euros en San Sebastián con la millonaria familia de Chillida, se recortan más de 140 millones en educación, más de 300 millones en sanidad, privatizando servicios esenciales para beneficio de las grandes fortunas y perjudicando seriamente a la mayoría de la población del Archipiélago.

Todo esto sucede mientras esta nueva oligarquía política del trajecito, la corbata y el “¿cómo va lo mío?” de sus colegas los constructores, se forran con sueldos astronómicos a costa del sufrimiento de la clase trabajadora canaria.

El proyecto monumental de Tindaya es la muestra clara de un gobierno al margen de su pueblo, más preocupado de otros “asuntillos” que de solucionar los problemas de miles de hombres y mujeres de esta tierra que no llegan a fin de mes, que entregan sus casas a los bancos y de una juventud sin perspectivas de futuro en un territorio insular azotado por la especulación y la corrupción política.

Esta frívola y vulgar iniciativa que parte de una clase política que vive en la prepotencia y la “dolce vita”, ha costado a los contribuyentes ya muchos millones de euros. Un dinero perdido que nadie sabe a que cuenta corriente fue a parar ni a quien enriqueció fraudulentamente. Preguntas que se lleva el viento y que este gobierno no solo no ha querido responder, sino que ahora vuelve a sus andadas en una huida hacia adelante al mejor estilo de los dictadores bananeros.

Debemos unirnos toda la gente de estas islas atlánticas en contra de la destrucción de nuestra cultura, de nuestro patrimonio natural y de nuestra historia, si no estamos perdidos.

http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com/

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