Tantos
errores, tanta gente en el camino que ni siquiera podemos olvidar nuestras
penas, rostros que se borran en este breve espacio de vida en la Tierra,
algunos que se quedan para siempre, momentos de felicidad cuando vemos nacer a
seres que amamos, tristeza cuando parten o se alejan, no somos más que un
compuesto químico de polvo estelar que reacciona ante tal o cual emoción, un
conjunto de momentos, risas y lágrimas que se archivan sin que nos demos cuenta
en el disco duro de nuestra mente.
errores, tanta gente en el camino que ni siquiera podemos olvidar nuestras
penas, rostros que se borran en este breve espacio de vida en la Tierra,
algunos que se quedan para siempre, momentos de felicidad cuando vemos nacer a
seres que amamos, tristeza cuando parten o se alejan, no somos más que un
compuesto químico de polvo estelar que reacciona ante tal o cual emoción, un
conjunto de momentos, risas y lágrimas que se archivan sin que nos demos cuenta
en el disco duro de nuestra mente.
Hay
miradas que se quedan para siempre grabadas, como la del indígena Wichí en la
frontera argentina del río Pilcomayo, al otro lado Paraguay. Unos ojos que
hablaban más rápido que el ritmo lento de sus palabras, allí asomado a la ventanilla
trasera del todo terreno.
miradas que se quedan para siempre grabadas, como la del indígena Wichí en la
frontera argentina del río Pilcomayo, al otro lado Paraguay. Unos ojos que
hablaban más rápido que el ritmo lento de sus palabras, allí asomado a la ventanilla
trasera del todo terreno.
-Señor
dígale al mundo que estamos aquí, que nos están devastando la floresta, que ya
casi no quedan animalitos ni peces.
dígale al mundo que estamos aquí, que nos están devastando la floresta, que ya
casi no quedan animalitos ni peces.
El
auto partió, nunca se irá de mi ese recuerdo, miré hacia atrás y allí se
quedó inmóvil entre el polvo de la pista de tierra que atraviesa ese trozo de
selva, estoy seguro que allí estuvo hasta que nos perdimos en el horizonte.
auto partió, nunca se irá de mi ese recuerdo, miré hacia atrás y allí se
quedó inmóvil entre el polvo de la pista de tierra que atraviesa ese trozo de
selva, estoy seguro que allí estuvo hasta que nos perdimos en el horizonte.
http://viajandoentrelatormenta.blogspot.com.es
Mucha gente llega al aborigen con buena intención y corazón sincero. El problema es cuando una persona va y llega con algo completamente armado porque cree que los indígenas como todos los pobres no saben, no sienten, no entienden. Hay personas y gente que cree, aunque lo disimulan, que los indígenas no son personas. Las mayores dificultades las ponemos nosotros y no ellos. Y una de esas dificultades es nuestra postura etnocéntrica y monocultural. El primer enemigo que tiene un agente externo en las comunidades indígenas es su propio etnocentrismo. Es el enemigo mortal de toda acción educadora, cuando pienso que mi cultura es la única referencia válida, que todo lo demás debe estar subordinado a mi forma de ser, de pensar y de actuar.
La distancia pierde la distancia por el camino donde los pueblos se abrazan, dialogan y viven la interculturalidad. Es el camino donde nos damos cuenta del otro que somos, y del nosotros que somos con los otros.
Estremecedor, lindo, maravilloso. Muchas gracias desde Santiago del Estero. Viky.