“Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo, estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen”.
Gonzalo Queipo de Llano
«En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado». El Generalísimo Franco. Burgos 1º abril 1939.
Este día fue el verdadero comienzo del genocidio sobre cientos de miles de personas que de forma directa o indirecta tenían algo que ver con la legítima República. Hay quien hipócritamente dulcifica sucesos tan terribles hablando de “guerra entre hermanos”, “guerra Civil” o cualquier otra terminología que falsifica la historia, cuando lo que sucedió realmente fue un golpe de estado fascista contra un gobierno democrático, elegido libremente en las urnas por el pueblo español.
Una confrontación de la que hoy se conmemora su final aún no ha terminado, todavía sigue viva ante la cobardía y complicidad con los criminales franquistas de los sucesivos gobiernos que han encabezado el Parlamento. Las fosas comunes y las cunetas siguen llenas de mujeres y hombres acribillados a balazos, víctimas de torturas y violaciones horrendas. Todos guardan silencio. España sigue siendo el país del mundo con más gente asesinada y desaparecida por el estado después de Camboya.
A la inmensa mayoría de los políticos actuales no les queda rubor para tener vergüenza, normalizando lo que no fue más que un Holocausto en toda regla, ejerciendo el negacionismo y la complicidad manifiesta con los genocidas para seguir ocultando impunemente sus crímenes.
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