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«Aquí estoy para vivir mientras el alma me suene, y aquí estoy para morir, cuando la hora me llegue, en los veneros del pueblo desde ahora y desde siempre».
Miguel Hernández
Este miércoles 29 de marzo a las cuatro de la tarde se cumplirán 86 años del fusilamiento de Los cinco de San Lorenzo en el paredón del campo de tiro del cuartel militar de La Isleta, un alcalde comunista como Juan Santana Vega, fue ejecutado junto a sus camaradas: el secretario municipal, Antonio Ramírez Graña, el jefe de la policía local, Manuel Hernández Toledo, el sindicalista, Matías López Morales y mi abuelo paterno, Francisco González Santana.
Un año más su monumento tendrá flores rojas que pondrá mi familia desde la soledad y el abandono de instituciones públicas, sindicatos y partidos de izquierdas. Nos toca ser fusilados de nuevo ante el olvido premeditado de quienes deberían estar junto a quienes entregaron su vida por la democracia y la libertad, que la fosa común del cementerio de Las Palmas siga condenada a no ser exhumada, que no podamos enterrar dignamente a nuestra gente gracias a quienes hacen de la política un ejercicio de encubrimiento y negacionismo del genocidio franquista.
No se quedarán sin flores en este día tan especial para nosotr@s, ya asumimos la absoluta falta de apoyo, empatía de los representantes institucionales, de los medios de comunicación, de las organizaciones políticas, ahora ocupadas en buscar presupuesto público para armar hasta los dientes al fascismo ucraniano, el mismo fascismo que asesinó impunemente a nuestros seres queridos.
Desde nuestra soledad conmemoramos un nuevo aniversario, el día señalado en que destrozaron para siempre nuestras vidas, tristes seguimos, seguiremos, luchando hasta el último instante de nuestra existencia por la verdad, la memoria, la justicia y la reparación.
Detrás de nosotr@s vendrán otr@s, la lucha seguirá hasta la victoria.
¡El pueblo no olvida ni perdona!
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