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Drago en mi jardín
Lo verde más verde, el azul más azul, la Tierra parece celebrar que respira…
Desde hace muchos años no veía un cielo tan limpio, me trae recuerdos de la infancia lejana, cuando el azul era azul y las nubes brillaban en su viaje por la Tierra. Algo bueno del confinamiento, la reducción de emisiones contaminantes de los millones de vehículos terrestres y aéreos. La naturaleza se recupera rápido y está claro que la especie humana somos su principal problema, por lo que si nos extinguiéramos como especie en poco tiempo todo sería un paraíso. El drago de mi jardín sigue creciendo impasible, pero estoy seguro que está notando algo nuevo que purifica la savia de sus venas antiguas. Qué sencillo sería proteger el planeta, bastaría con medidas tan sencillas como parar el mundo cada cierto tiempo, confinar la destrucción y la codicia. Abrazar la esperanza de un mundo en armonía con todos los seres.
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