En las obras de la autopista junto a la playa de las Alcaravaneras lo taparon todo, aquellos restos no eran de piratas, ni de batallas antiguas, eran de represaliados del franquismo asesinados en el centro de tortura de la calle Luis Antúnez, lo que es ahora el colegio La Salle, se pusieron todos de acuerdo, desde el Ayuntamiento de Las Palmas, el Cabildo, la constructora y la prensa y todo quedó en el olvido.
Santiago Vega Luján
«(…) No, los huesos no eran de los antiguos canarios porqué los cráneos tenían todos tiros en la cabeza, unos en la sien, otros en la nuca, de eso nos dimos cuenta los trabajadores, hasta que vino don Félix en el Mercedes, cuando el tractorista dio el aviso de los restos humanos encontrados al lado de la carretera vieja del barranco de El Juncal, enseguida pararon la obra y no nos dejaron acercarnos más al boquete, luego vinieron al día siguiente unos fulanos que dijeron que eran del Cabildo y después de una reunión con el patrón, un aparejador y el jefe de obra, dijeron que todo aquello era arqueológico, pero si nosotros encontramos hasta balas enterradas junto a los cuerpos, nunca entendimos porque taparon aquello en plena democracia, cuando se supone que ya se podía hablar y que no había dictadura. Eran cuatro cráneos y luego los huesos unos encima de otros en la pequeña fosa. Al día siguiente lo vimos en la prensa y nos quedamos asombrados, como lo habían tapado todo, poniendo a la constructora como una gran colaboradora del Cabildo. Los arqueólogos estuvieron allí dos o tres días, hasta que se llevaron todo y dejaron la zanja limpia pa rellenarla con el hormigón del puente nuevo, solo algunos obreros guardamos algunas balas y según mi primo que es militar retirado eran de una pistola marca Astra, que por lo visto eran las que usaban los falangistas en las ejecuciones pa dar el tiro de gracia. Todos quedaron contentos menos nosotros, el patrón vino la semana siguiente y se quedó mirando pa los dos o tres que estábamos disconformes con aquello, al mes siguiente nos dieron el finiquito del contrato y tuvimos que irnos a trabajar pal sur, donde no nos conocieran los que construían hoteles y apartamentos en la costa de Mogán…»
Testimonio de Domingo X, nombre ficticio de uno de los obreros que trabajó en las obras de una de las fases de la Autovía del Norte de Gran Canaria.
Entrevista realizada por Francisco González Tejera el 7 de mayo de 2014 en un barrio del municipio de Moya.
Siempre tapando la verdad. La mafia
Política facciosa de aquella época en Canarias.
Yo siempre he pensado que no son restos aborígenes , que eran huesos de la etapa de la dictadura.. Los aborígenes no tenian armas de fuego..