«Demasiado dolor para que te lo oculte
Demasiado suplicio para que se me borre…»
Mario Benedetti (Hombre preso que mira a su hijo)
Siete meses ya de tu partida Lola y la cosa está peor que nunca, los hombres que tú decías que miraban sin mirar, esos de las instituciones públicas, nos cierran todas las puertas para recuperar los huesos de los nuestros. Ni siquiera ahora en que hay gobiernos que en campaña electoral hablan de fosas comunes y cunetas, pero luego no hacen nada y todo se queda en palabras bonitas. A pesar de todo partiste serena con ese miedo que siempre tuviste a mi soledad, a que vinieran a buscarme una madrugada para desaparecerme, como hicieron con tus mayores. Resisto a pesar de la tristeza, la desolación y lo imposible, me queda la escritura, rescatar tu legado, tantas historias que me contaste desde que era muy niño, cuando escuchaba tu voz baja, casi un susurro, a la luz de las velas, con los ojos tan abiertos y las manos aferradas a la vieja manta de flores rojas. Tal vez todo esto sea un mal sueño y cuando despierte la memoria y quienes manejan el mundo sean mejores. Tu utopía invencible me mantiene.
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