“Yo pertenezco a los que sufren la historia no a los que la inventan”.
Otto René Castillo
Los años pasan y solo se cierran puertas a la dignidad, solo triunfa quien se arrodilla y entra en el juego siniestro del régimen, los que nos salimos de lo establecido estamos condenados a la eterna maldición de la persecución, la ignominia, las amenazas, el desprestigio, el desprecio por parte de aquellos que tienen cualquier parcela de poder por pequeña que sea.
¿Tiene sentido seguir?
Es la gran pregunta que nos hacemos desde el estigma, la mordaza, los obstáculos, la tristeza de ver cómo en otros países las familias de las personas asesinadas por el estado son la prioridad, mientras en España nos vuelven a enterrar cada día entre la simbólica cal viva de su odio.
Lo sé porqué lo he sufrido, porqué lo sufro en mi vida personal cada día, en mis trabajos, con todo tipo de represalias, persecuciones que dejan secuelas casi incurables.
Miro para atrás y me pregunto si habrá merecido la pena tanto esfuerzo, tanto tiempo perdido, tanta falta de reconocimiento, tantas amistades que se han quedado en el camino.
Es el sino de luchar sin tregua desde la soledad, ser perseguidos en la oscuridad, como dijo el gran Rodolfo Walsh:
“El verdadero cementerio es la memoria”.
¡Hasta siempre! Si un día dejan de saber de mi!
¡Hasta la victoria! Cuando llegue el inevitable momento de partir.
¡Gracias por el fuego de sus corazones!
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