«¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?»
José Saramago
Leyendo en esta víspera de Difuntos el reportaje del periódico canario La Provincia sobre el cementerio de Las Palmas, escrito por Pedro González-Sosa, no he podido más que sentir soledad, desamparo y tristeza, sentimientos habituales en las familias de las personas asesinadas por defender la democracia tras el golpe fascista del 36.
Está claro que estamos más sol@s que nunca, abandonad@s por una democracia sustentada en los cimientos del criminal franquismo, tanto que un año más en estas fechas señaladas en el calendario de la muerte se vuelve a ignorar como si no existieran los sesenta hombres que siguen enterrados como basura en la fosa común de este espacio declarado Bien de Interés Cultural por el Cabildo de Gran Canaria, no precisamente por albergar los restos de la única patria digna que nos queda en este Reino construido por una dictadura sanguinaria.
En la información el susodicho personaje exalta los valores culturales del camposanto capitalino, nombrando incluso algunos de los apellidos ilustres que cuentan con sus lujosos panteones, entre ellos varios de los que encabezaron el genocidio en la isla de Gran Canaria tras el ilegal alzamiento militar, obviando que existe un enterramiento masivo con alcaldes, concejales, profesores, periodistas, sindicalistas, militares demócratas, médicos, humildes jornaleros, personas honradas acribilladas a balazos tan solo por pensar diferente.
Ni siquiera tenemos derecho a una tumba digna al parecer, las instituciones públicas nos siguen pisoteando los derechos constitucionales, la Ley de Memoria Democrática la usan para limpiarse el culo políticos encubridores, el periodismo sigue escribiendo para tapar la matanza de miles de parias que murieron por la libertad.
Enlace al reportaje: https://www.laprovincia.es/…/210-anos-cementerio…
Más historias
Lola en su laberinto
Silencio de padre
Recortada