«Si es que al nacer y al morir,
que todos somos iguales,
para qué dejar vivir
a fascistas criminales.
¡Ay, ay, dolor!»
Hermanos Caxigal
No se les reconoce la categoría de héroes nacionales ni son condecorados como sucede en todo lugar del mundo donde se da la vida luchando contra el fascismo.
Muchxs siguen con antecedentes penales de terroristas y lo que hicieron fue tomar las armas contra los nazis españoles. En ningún programa electoral aparecen, tan solo una Ley de Memoria diseñada a la medida de los que prepararon las estacas en las uñas de Lasa y Zabala, cerrando todas las puertas a la derogación de la criminal Ley de Amnistía.
Memoria de cal viva y papel cuché que justifica a los herederos de los genocidas, genuflexa ante la siniestra camarilla que ostenta la jefatura del estado en su feria esperpéntica, del olor rancio a sangre seca y mugre de las cámaras de tortura.
Su peculiar “fiesta de la democracia” consiste en ocultar y encubrir crímenes de estado antes y después de la dictadura, en privilegiar a quienes tienen el carné de los partidos del Régimen.
Muertes de primera y de segunda.
Cientos de miles de familias miramos ya sin esperanza, con tristeza y estupor el vergonzoso “espectáculo”.
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