“Todo tiempo tiene su fascismo. Se notan las señales premonitorias en donde sea que la concentración de poder niega al ciudadano la posibilidad y la capacidad de expresar y poner en práctica su voluntad”.
Primo Levi
Como otros rincones gastronómicos estilo nazi de la geografía española, el Bar Casa Eladio en la ciudad de Ávila no conoce la aplicación de la Ley de Memoria Democrática, ni una autoridad policial, judicial o política que intervenga, denuncie o sancione.
Esta es la “normalidad democrática” que nos venden, tratando de convencernos de que vivimos en una “democracia plena” entre simbología falangista, discursos de odio o triste panegírico del genocidio.
No pasa nada aunque en el menú del día se hable de fusilamientos, de tortura a quienes piensen diferente, de apología del horror fascista.
Esto no es Alemania está claro, aquí las leyes sólo se aplican si por ejemplo dices algo “inadecuado” de los Borbones, defiendes la independencia de los pueblos o te toca estar en medio de una pelea de bar en Altsasu.
Españistán en estado puro, donde sus políticos se permiten el lujo de dar clases de libertad y democracia siempre a miles de kilómetros de sus fronteras, tapándose la nariz ante el vergonzoso esperpento.
¡Buen provecho!
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