«Toda esa zona de las Alcaravaneras, el Istmo, Guanarteme, Arenales… está llena fosas comunes de hombres asesinados en las comisarías de Falange. La consigna desde la Transición de la izquierda a la derecha, ha sido y es taparlo todo, hasta en la construcción de chalés en Ciudad Jardín aparecieron restos humanos, que luego fueron enterrados bajo los escombros, hay un compadreo entre políticos y técnicos del Cabildo para afirmar que cualquier resto humano que aparezca es guanche, luego en unos meses no se sabe más de esos huesos. Porqué te crees que no quisieron seguir adelante con la excavación en la fosa común del cementerio de Las Palmas aunque la cata fuera positiva?» José Antonio Rodríguez Cuenca
«(…) El tractor de Felipe sacó unas cosas blancas de la zanja, entonces nos avisó y pudimos ver que eran huesos. Yo le dije que los bajara con cuidado, una vez los puso en el suelo vimos tres cráneos con agujeros en la sien y la nuca, varias vertebras, brazos, femures, manos, todas muy bien conservadas aunque con muchas fracturas, miramos el agujero abierto por nuestro compañero y había más cráneos medio enterrados. Entonces vino el encargado y dijo que paráramos aquella obra en la carretera de Chile, llegando a Guanaterme, cerca de los arenales de Madera y Corcho. Al rato vino la policía y pidió que nos alejaran de allí a los obreros, según entendí pa que no viéramos lo que iban a decir o hacer. Nos pusimos unos cien metros más allá sentados en un bordillo de la obra. Más tarde vinieron unos hombres que decían que eran del Cabildo, cogían los cráneos y los miraban, limpiándolos con una brocha con mucho cuidado. Desde donde estaba conté más de veinte cabezas humanas, luego apareció el alcalde y varios guardias civiles y hombres del juzgado muy bien enchaquetados con zapatos de lujo, parecía que tenían miedo a caminar pa no ensuciarse, nosotros nos reíamos de ver la forma extraña de moverse donde había solo tierra, arena y piedras. En menos de una hora vaciaron la zanga, metían los huesos en bolsas con etiquetas por fuera, al día siguiente y los días sucesivos miramos la prensa, solo apareció una nota en La Provincia que decía que habían aparecido dos cráneos humanos, solo dos, no decía nada del resto, de los dieciocho que nosotros vimos, de las piernas y brazos partidos, de los fémures, de las alpargatas antiguas, de los casquillos de bala que estaban también en aquella fosa. Luego pasaron los meses, los años y no se supo más nada, lo más increíble es que esto pasó en 2009, no en 1936, taparon todo, quien sabe donde habrán ido a parar esos restos humanos, en que horno los habrán quemado pa desaparecer las pruebas, luego un vecino profesor de instituto, nos dijo que cerca de allí estaba la Comisaría de Falange de la calle Luis Antúnez, donde ahora está el colegio La Salle en Las Palmas, junto a la playa de Las Alcaravaneras, que los falangistas habían llenado todo de fosas comunes de los miles de hombres que torturaron hasta la muerte. A partir de ese día había un guindilla, un guardia municipal, mirando todo lo que hacíamos en la obra, no aparecieron más restos, solo nuestros rostros confundidos cuando nos mirábamos y recordábamos el día de la fosa…»
Testimonio de Sinfóriano «Sinfo» Almeida Mederos, obrero de la construcción y vecino de Las Perreras (Las Palmas GC).
Entrevista realizada por Francisco González Tejera, el 6 de octubre de 2018, en Barrial (Gáldar).
A mi abuelo estos cerdos lo dejaron loco en los salones de Fayffes en Santa Cruz, lo sacaban a las 5 de la mañana a Fusilarlos y al disparar sólo se oían los gatillos, así repetí das veces siempre pensando cuándo Sería el día, al final perdió el juicio pero tuve la oportunidad de conocerlo.