“Les quitaban sus pertenencias y la ropa nada más llegar, les rapaban el pelo y les convertían en una masa amorfa y despersonalizada que debía moverse a golpe de porra y renegar de sus ideales y creencias si no querían morir. Era un proceso global de deshumanización de los prisioneros, que no eran considerados personas y eran tratados como infrahombres y esclavos. Un antiguo prisionero decía que les trataban peor que a los perros y las bestias porque a ellas sí les daban de comer bien”
Carlos Hernández de Miguel
El campo de concentración de Gando en Gran Canaria sigue abandonado por las instituciones públicas. Por allí pasaron tras el golpe de estado del 36 miles de presos políticos republicanos que fueron sometidos a tortura y trabajos forzados, otros fueron asesinados, unos fusilados, otros desaparecidos en algunos de los lugares de exterminio masivo que siguen sin ser exhumados en más de un 99,9%.
Mientras en países democráticos como Alemania o Polonia, estos espacios del horror son museos o lugares de memoria, en esta isla son pasto del abandono, como si los dirigentes políticos isleños temieran que se conozca toda la verdad, la evidencia de lo que fue un genocidio con miles de asesinatos cometidos por sicarios del Ejército, Falange y Guardia Civil, con la coordinación directa de Iglesia Católica y oligarquía caciquil.
El campo de exterminio de Gando no tiene ni una señalitica explicativa, ni una placa homenaje a los detenidos, torturados y asesinados por defender la democracia y la libertad, se cae a trozos, desapareciendo las pruebas del Holocausto canario. Gobierno de Canarias, Cabildo y Ayuntamientos, permiten y amparan esta vergüenza histórica.
Comparte, que el mundo sepa que en estas islas se protege y se tapa al fascismo.
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