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Imagen: Extraída de la red.
» Es verdad que todo conspira contra nosotros, desde la influencia de la nación que guarda las llaves de nuestros grillos, hasta la obcecación de hermanos nuestros, ya envilecidos por la sumisión y las cadenas; mas, cuanto mayores sean los obstáculos, más grande ha de ser la abnegación por dominarlos. ¿Qué importan los sacrificios si algún día llega a alumbrar nuestra Patria el Sol de la Libertad? «
Secundino Delgado
En el llamado “Día de Canarias” esté 30 de mayo, se me hace difícil asumir la celebración de la derrota de un pueblo en una batalla en la isla hermana de Tenerife.
Fue en la Victoria de Acentejo donde una Corona de Castilla armada hasta los dientes, con superior tecnología para la guerra, venció a un pueblo indígena alzado por su libertad y su cultura.
Me es complicado celebrar la firma de una rendición, una fecha de constitución de una Autonomía en 1982, de un Parlamento integrado mayoritariamente por partidos y políticos herederos del fascismo, reconvertidos por arte de magia en “nacionalistas” o “demócratas de toda la vida”.
Así nos va en 2021 con cifras y estadísticas demoledoras en desempleo, pobreza, familias sin ingresos, hambre infantil, desahucios, corrupción política, destrucción del medio natural, suicidios por motivos económicos…
Da vergüenza ajena ver a representantes públicos disfrazados una vez al año con ropa de canarios antiguos, mientras en sus planes siniestros está destruir el patrimonio cultural y natural del valioso territorio insular, como por ejemplo en Gran Canaria con la central hidroeléctrica del Cabildo y su presidente el nacionalista, Antonio Morales, que reventaría el barranco de Arguineguín, vendiendo la isla por ochenta años a Red Eléctrica Española.
El “Día de Canarias” tendría que ser el día contra la especulación y el destrozo de esta tierra, la exaltación de una cultura ancestral, el día de la memoria de los indígenas y luchadores por la libertad asesinados, una jornada de lucha contra el olvido institucional de los derechos de las personas empobrecidas, un día de conciencia por la soberanía y la identidad de un pueblo con futuro y dignidad.
Me recuerda el repugnante 12 de octubre que nos hacían celebrar cada año cuando niños. Nadie decía nada, por miedo imagino, pero había rabia y pocas respuestas afuera. En casa sí, pero tampoco daba para reivindicar mucho publicamente. No se cómo el algoritmo me trajo hasta acá, pero me alegro.
https://m.youtube.com/watch?v=xDzGGuvm5VU
Gracias hermano por la bella canción de los «Fabulosos», también por tu hermoso comentario, tenemos tanto en común en nuestra centenaria soledad. También me alegra mucho el algoritmo. Salud y rebeldía!!!