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Entrada de las tropas norteamericanas en el campo de Mauthausen el 5 de mayo de 1945, con la pancarta de bienvenida en castellano que colocaron los deportados españoles
“El crimen cometido por los alemanes es el más abominable que recuerda la historia de las llamadas naciones civilizadas. La conducta de los intelectuales alemanes como grupo no fue mejor que la de la multitud. Incluso ahora no hay signo alguno de arrepentimiento o de deseo real de reparar lo que se pueda después de tan gigantescos asesinatos.”
Albert Einstein
«(…) Cuando llegué a Las Palmas desde Austria, después de mi triste periplo por el campo de concentración y exterminio de Mauthausen, tras mi deportación junto a más de 9.000 presos republicanos, llevaba siempre manga larga, aunque fuera verano, para que no me vieran la numeración en mi brazo, ni siquiera avisé al partido de que volvía, estaba tan desencantado con la dirección que traicionó a los guerrilleros que intentaron la «Operación Reconquista», que no quería saber nada del trabajo clandestino, aunque fuera comunista hasta la muerte. Entre 1940 y 1944 vi tantas atrocidades que era imposible volver a ser el mismo, tantos crímenes horrendos, ver fusilar a cientos de niños, miles de personas haciendo cola para sin saberlo ser gaseados, los hornos crematorios funcionando a todo tren con los cuerpos de millones de seres humanos masacrados. Gran Canaria era una isla triste en aquelos años, recuerdo que después de alojarme en la casa de mi abuelo en el barrio de San Juan estuve por el mercado de Vegueta, en cada esquina había policías de paisano, olía a fascismo, yo los detectaba solo con una mirada, se notaba que faltaban tantas caras conocidas que habían sido asesinadas, estuve por la calle Triana, el Bar Alemán, la Cerverceria La Salud, el Parque San Telmo, la Capitanía, todo era muy oscuro, como una pesadilla, jamás debí volver, la tierra donde nací ya no era mi tierra, un pueblo arrodillado, que pocos años antes era un vendaval de esperanza por un futuro mejor, que tras el genocidio se había convertido en un territorio para la muerte y la tristeza…»
Testimonio de Felipe Martín Sánchez, preso político canario en Barcelona, deportado a Mauthausen.
Entrevista realizada por Francisco González Tejera, el 5 de mayo de 1999, en el Ateneo Republicano de Madrid.
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