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“Madre: no quieras que me lleven de las costas, abre las ventanas en la noche, de la luna. Mira: ¡vienen por allí los claros del río!… Diles que me dejen aquí, al pie de este hilo, encima de estas sombras de higueras, de sol, tranquilas, concurridas de canónigos a lo viudo, panzudos de arrope, con los cuales se confiesan abejas, rumorosas, largamente…»
Miguel Hernández “Yo- la madre mìa“
Este 12 de diciembre mi madre Lolita Tejera, hubiera cumplido 90 años, su partida el 6 de mayo de este 2020 tan colvulso me dejó el alma destrozada, sobre todo porque poco antes se fue mi padre, Diego González, los dos sin que se hiciera justicia con los asesinados por el fascismo en mi familia. El mayor temor de mi madre era mi soledad, su mayor tristeza vivir la estafa de los actuales gobernantes con la memoria democrática, con las miles de personas asesinadas y sus familias, donde sólo en Canarias fueron más de 3.000 los crímenes impunes. Su mayor miedo era que me asesinaran, que me desaparecieran, como hicieron con sus seres queridos. Hoy es un día de recuerdo imborrable para mí, también será la primera Navidad sin ella, sin su presencia en el viejo jardín de los helechos. Son años de oscuridad para las víctimas del franquismo, tiempo de falsas promesas, mientras siguen en fosas comunes y cunetas más de 150.000 inocentes, esa heroica patria digna enterrada entre tierra y sangre. La máquina de coser de mi madre está ahora parada, la usó la última vez para hacer unas mascarillas en marzo de este año, sin saber que viviríamos la peor de las pandemias: la del olvido y la desesperanza.
Nunca estarás solo porque tienes un corazón lleno de amor, respeto y justicia y el amor de tus padres siempre te acompañará. Es profundamente inmoral que tus padres hayan tenido que partir sin recibir justicia y reparación por los asesinatos de sus familiares. Cuántos años más debemos esperar?
Muchas gracias Elena, muy agradecido por tus palabras que animan a seguir adelante y continuar creyendo en la esperanza. Como bien dices mis padres partieron sin que se hiciera justicia, además parece que cualquier iniciativa de memoria que venga de las instituciones es como si hicieran un favor a las familias, así lo ven los que mandan, y te encuentras con afirmaciones que
nos fusilan de nuevo como: «Encima que nos gastamos dinero público todavía se quejan». Esta frase define como está montada la memoria democrática en la mentalidad cavernícola y reaccionaria de quienes se encargan de gestionar las entidades de esta «democracia». Un fuerte abrazo!!!
No es un favor a las familias, es necesario para que España pueda ser respetada como una nación justa. El dinero es una mala excusa pues a diario gastan barbaridades en frivolidades. Gracias por estos relatos que honran la memoria de tantas víctimas inocentes. Un fuerte abrazo y ánimo!!!