“Ésta debe ser una tristeza urbana. Los edificios no dialogan y el cansancio silba. Niños piden limosna y no huelen a gardenia. Allí, secos.”
Juan Gelman
No me verás en las ferias del Día del Libro, para ciertas celebraciones estoy vetado, censurado, es el precio de contar lo que nadie cuenta, decir la verdad, desvelar los cientos de miles de crímenes de estado que aún los gobernantes españoles siguen encubriendo. Como si tras tantos años de impunidad no fuera ya el momento de permitir que penetre la brisa fresca de la memoria, que expulse por la ventana de la primavera toda esa asfixiante pestilencia a sangre de tortura y tiros en la nuca.
No me verás y sinceramente tampoco me apetece ser parte de un circo de mentiras, donde seguramente en más de un stand estará la bandera azul y amarilla del nazismo, todos volcados en la misma causa, olvidando a l@s mas de 14.000, según la propia ONU, del Dombás, esas muertes de tercera tienen la misma categoría que las 150.000 que siguen en las cientos de fosas comunes españolas, que las saharauis, las palestinas, las iraquíes, las afganas, las libias, las yemeníes, las chilenas, las argentinas, las uruguayas de la Operación Cóndor organizada y pagada por los Estados Unidos.
No me verás, prefiero seguir perseguido en la oscuridad, prohibido, mal parido, vilipendiado, renegado, en esta autoimpuesta clandestinidad, compra mis libros quienes quieren leerlos de corazón, sin propaganda, sin modas, sin el absurdo discurso del poder.
Siento mucho orgullo de que a pesar de todo este manto de olvido aun queden personas que no se dejen arrastrar por la manipulación de un mundo en manos de los causantes de miles de Holocaustos.
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