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Desfile fascista en Arucas (Gran Canaria) 1937 (Fedac)
«Llegó un momento en que eran tantos los crímenes que tuvieron que usar la Sima Jinámar, porque los cuerpos ya no cabían en los pozos, era muy descarado que siguieran apareciendo muertos flotando en la Playa de La Laja y La Marfea, fueron miles de crímenes desde la noche de aquel sábado de julio de 1936».
Ramón Alvarado Ramírez
«(…) A la fiesta iban llegando todos los gerifaltes de Falange en la isla, los de Telde que eran los que más tiraban republicanos a la Sima Jinámar y presumían de ese triste récord, venían encabezados por José Navarro Déniz, conocido por «El del Lomo», lo acompañaba su hermano Manuel, Modesto «El Barbero», Fernando Ojeda, Fernando López, Amado Álvarez, Juan Suárez, Juan y José Cruz, Manuel Álvarez Peña, que luego fue alcalde de Telde, Pedro y Miguel Medina, Juan Ascanio, el dueño de la finca de Jinámar donde los camiones descargaban a los detenidos para iniciar el camino hasta la Sima, los más jodidos por la tortura los jincaban a sus dos pozos de agua, ahora tapados, donde siguen los restos de más de cuarenta o cincuenta hombres, allí se celebran ahora bodas, bautizos, todo tipo de eventos tomándose los rones al lado de los pozos llenos de muertos. Esto lo saben en el Ayuntamiento teldense de toda la vida, en el Cabildo, pero no hacen nada, prefieren tapar esos crímenes terribles, cubrirle las espaldas a todos esos asesinos. De Las Palmas venían, aparte del millonario tabaquero, que era el jefe de Falange de la provincia, el cartero Sotomayor, el arbitro de fútbol José García, más conocido como «Juan Pintona», un verdadero criminal de los que descuartizaba hombres uno tras otros con navaja de afeitar junto a Eufemiano en la Comisaría de Falange, en la calle Luis Antúnez, muy cerca de la playa de Las Alcaravaneras. Además venían Benito Díaz, Estévez «El Alférez», José Pérez, Juan Franco, Domingo Medina Viera, más conocido por Domingo Rivera, todo un elenco sanguinario, acompañados por jefes militares, de la guardia civil, varios curas, gente rica de la zona como el mismísimo Conde, su mujer, sus hijos, toda la familia de estos oligarcas que dirigieron el genocidio en toda Gran Canaria. A mi hermano José y a mi que todavía era un chiquillo de quince años nos llevaron casi a la fuerza para que nos encargáramos del asadero de carne cochino y de cabra, también mis hermanas y dos sobrinas de mi madre que les servían las copas. Allí se montó una buena cuando Juanita Ramírez la de Cercados de Araña apareció en la entrada de la hacienda preguntando por su hijo desaparecido. Los falangistas muy borrachos la acorralaron a la pobre vieja que venía vestida de luto, la empujaron, la zarandearon, pero ella mantenía la cabeza alta y seguía preguntado por su hijo Roberto Rodríguez, allí todos sabíamos que lo habían tirado por La Marfea junto a los enfermeros del hospital San Martín, la pobre mujer se llevó hasta bofetadas y la tiraron al suelo aquellos carniceros. La fiesta siguió hasta la madrugada, cuando se llevaron a la señora detenida al cuartelillo de Mogán. Tenían montado un ventorrillo con un grupo de música de Tunte que amenizaba la parranda con isas y folías, los cantos sonaban a muerte en todo aquel barranco, luego siguieron con el «Cara al Sol», los vivas a Franco, a la «Santa Cruzada» y al «Glorioso Alzamiento Nacional». A mi no se me quitaba de la cabeza el rostro desencajado de doña Juanita, gente buena de Sur humillada y asesinada por toda aquella gentuza…»
Testimonio de Manuel Cabrera Domínguez, jornalero y vecino de Cazadores, municipio de Telde, en los años del genocidio.
Entrevista realizada por Francisco González Tejera, el 21 de marzo de 2015, en La Pasadilla de Ingenio.
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