![](https://viajandoentrelatormenta.com/wp-content/uploads/2020/10/122676580_958497491340121_1496179159821318169_o-1024x682.jpg)
Imagen: Frasquita y Juan Tejera Pérez en la entrada de su casa en 1983.
(…) Así lo sé, porque quiero echarme
En su misma fosa
Sin oración y sin losa
Hueso con hueso viajero
Lo sé como el aguacero
Sabe que acaba en la orilla…»
Silvio Rodríguez
«(…) Desde que se llevaron detenido a Juan me vi sola con todos los chiquillos, no teníamos nada y tuvimos que sobrevivir con ayuda de alguna familia que tampoco tenía, entonces me vi obligada a bajar todos los días caminando a Las Palmas a pedir limosna por las calles con Juan, Manolo, José y tu madre Lola que era la mayor, Javier todavía no había nacido. Fue terrible vernos sin comida, el hambre les hinchaba la barriga y teníamos que cocinar lo que tuviéramos a mano, me iba a la montaña de San Gregorio a coger bostas de vaca y las usaba como combustible porque ni madera teníamos, más de una noche les calenté solo agua y como contando un cuento les decía que dentro había zanahorias, papas, calabaza, judías, entonces ponía el agua en cada plato y todos imaginábamos que tenía sabor a potaje de verdura o de cilantro, a gofio amasado con caldo de pescado. Gracias a que tu madre que era la más grande con nueve años me ayudó con el resto de los hermanos. Nunca imaginé verme en la calle buscando comida y que no se me murieran de hambre. Al saberse que estaba sola los falangistas venían por las noches borrachos y se ponían a molestar, a gritar, a dar golpes, a meterse conmigo, que si era una puta, la mujer de un rojo, que si iban a abusar de mi. Los niños se asustaban y se ponían a llorar, lo pasé muy mal porque pensaba que se iban a meter en la casa y hacernos algo malo…»
Testimonio de mi abuela Frasquita González Rodríguez.
Entrevista realizada por Francisco González Tejera, el 17 de agosto de 1983, en Tamaraceite, Las Palmas GC.
Preciosa historia la de mis bisabuelos, la desconocía por completo… Ahora tengo un cachito más de mis raíces. (mi abuelo es Manuel Tejera González)
Qué bueno Azuay, pues somos familia, me ha alegrado mucho tu comentario, se puede decir que me has alegrado el día. Todo un placer que la familia siga y que no se acabe. Tu abuelo Manolo era de las personas que he conocido en mi vida que más he querido. Yo lo quería mucho y creo que era mutuo. Un grande, un tipo fuerte, valiente, sensible y especial. Te mando un abrazo muy grande.
Gracias una vez más por compartir estás historias.
Que valientes, yo creo que no hubiera sido capaz de soportar tanto dolor.
Que vida más injusta les tocó vivir…
Los admiro doblemente y me alegro de que no se hayan perdido sus raíces, tu mismo eres uno de ellos y de otra manera y otras circunstancias, pero valiente también, por no cejar en tu empeño, de que se sepa toda la verdad.
Gracias.