25 septiembre 2023

Noche de Perseidas

«Cada cohete en el cielo era uno de nuestros muertos, cada estallido un cráneo destrozado por un tiro en la nuca, cada ramo de fuego una mujer violada por los falangistas»

Domingo Viera Hernández

Mi padre Diego, me contaba que en la noche del 9 de agosto del 35 se barruntaba algo terrible, que esa tarde el morro de la Montaña de San Gregorio estaba rodeado de neblina y lluvia. De nuevo se producía la ancestral tradición, cuando los fuegos de San Lorenzo, se juntaban toda la familia en el patio de la casita de la Carretera General de Tamaraceite, desde allí, bajo la vieja higuera centenaria, había una vista privilegiada del pueblo vecino, mi abuela Lola, preparaba unas papas arrugadas con mojo y venían algunos amigos de mi abuelo Pancho, amigas de mi tía-abuela Rosa, toda gente del Frente Popular, no faltaba algún timple, guitarras y cantadores que a los dos o tres pizcos de ron o vasitos de vino, se arrancaban con alguna isa, una folía, alguna romántica malagueña que podía ocultar algún amor secreto entre los olores de los asaderos de carne en cada casa, mucha gente caminando desde Las Palmas, Tenoya, Guanarteme, La Isleta, Los Arenales, San Cristóbal…, parrandas amenizadas por mujeres y hombres jóvenes, felices de unos años republicanos, esperanzados en un futuro de progreso, de construcción de una democracia popular que armonizara sus vidas.

Mi padre tenía diez años, sus hermanos siete y dos, todavía el bebé Braulio, asesinado en su cuna por un falangista la noche de Navidad del 36, no era más que una lejana composición de polvo estelar sujeta a las causalidades de alguna noche de pasión.

San Lorenzo sería de nuevo quemado por la fiesta y el jolgorio, casi nadie se imaginaba la negra tormenta que se avecinaba silenciosa, las reuniones secretas en las sedes de Falange y las Parroquias, venia volando el genocidio desde alguna esquina siniestra del firmamento. Los voladores llenaron el cielo de lágrimas de colores un año más antes del silencio estremecedor de la madrugada.