Fuego de solsticio

«Este es el solsticio, el punto inmóvil del sol, su cúspide y su medianoche, el umbral y desbloqueo del año, donde el pasado se libera y se convierte en el futuro; el lugar de la respiración atrapada».

Margaret Atwood

Aprovechábamos para quemar todo lo inservible, lo más inútil; trastos viejos, todo lo que pudiera arder en noche de Solsticio, también los desamores, las tristezas, los desengaños, aquellos pensamientos repetitivos que nos mataban de dolor invisible.

Arrastrábamos por todo lo viejo, lo que ocupaba espacio en nuestras vidas, la madera antigua, lo que un día fue el marco de un cuadro habitado por fantasmas del pasado, los restos de una cama antigua donde se comieron a besos dos amantes, almas errantes entre sombras, olores y gemidos en noches desesperadas.

San Juan era la excusa, éramos sonrisas ardientes entre el fuego, risas, miradas cómplices, lenguas enredadas entre las dunas oscuras, corazones intactos que latían en medio del calor y el baile de las brujas.

Francisco González Tejera

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